Señor Jesús, encontrarte
es dejar que tu mirada
nos alcance allí donde nos hemos escondido.
Solo tus ojos ven y aman todo de nosotros:
danos la luz de tu Espíritu
para que mirándote
conozcamos nuestro verdadero rostro de hijos amados.
Señor Jesús escogerte
es dejar que Tú venza la amargura
de nuestras soledades y el miedo de nuestra fragilidad;
solo contigo la realidad se llena de vida.
Enséñanos el arte de amar:
posible aventura
porque Tú estás en nosotros y con nosotros.
Señor Jesús, seguirte
es hacer brotar sueños y tomar decisiones:
es dar lo mejor de nuestra vida.
Atráenos al encuentro contigo
y llámanos a seguirte para recibir de ti
El regalo de la vocación:
Crecer, madurar
Y volvernos un don para los demás. Amen