Jesucristo murió por y resucitó por nosotros.
Es la victoria de la vida, del amor, de la luz.
La luz siempre vence a la oscuridad.
Por el contrario, es precisamente la noche la que se vuelve más oscura, lo que
anuncia que el día se acerca.
El nuevo amanecer es Cristo que da luz de esperanza a cada situación.
Él puede dar paz a nuestros corazones y al mundo entero.
Que esta certeza ilumine siempre nuestra vida y nuestro camino.