Reelección de Madre Francesca Sarcià

El sol de la mañana aún si era un poco pálido ha disipado la neblina del discernimiento y ha comenzado a resplandecer en nuestros corazones trayendo la alegría de la reelección de Madre Francesca Sarciá. Podemos decir que estábamos todas tomadas de la mano del Espíritu Santo quien, a través del discernimiento, hecho con el corazón sincero, nos ha indicado a aquella que guiará la Congregación por otros seis años.

Como la tradición lo indica, la más anciana debe pedir a la recién elegida, si acepta. Esta vez le ha correspondido precisamente a Madre Franceschina pedirle el consentimiento a la Madre y, a ella misma, le ha tocado colocar en su cuello el crucifijo especial que contiene la reliquia de la Santa Cruz.

En seguida continuaron muchos aplausos y cantos de felicitación, mientras que las capitulares, así como las Hermanas de la Curia nos hemos acercado con la Madre, una por una, para felicitarla. Enseguida, en la capilla, la oración del rito inició con el recuerdo de aquello que la misma Madre Enriqueta sintió en su corazón después de su elección: “Soy yo el Superior de este Instituto y a mí me toca proveer a cuánto fuese necesario. (…) Tú piensa por ahora en mi Iglesia y en nada más” La Madre ha continuado con la profesión de fe de los principios de la Iglesia Católica y ha jurado sobre el Evangelio de ser siempre fiel a sus enseñanzas.

Como conclusión de este momento significativo en la Capilla, Madre Francesca agradeció vez más y ha recomendado para este nuevo sexenio: oración, unidad y pobreza.

Nuestra alegría continuó en el comedor, donde cantamos la bendición de los alimentos acompañados de los instrumentos musicales que tenemos a nuestra disposición, terminando con el pastel que fue cortado por las tres Madres.

Por la tarde, después de leer el Acta, continuamos el trabajo haciendo algún sondeo para tener alguna idea sobre el voto a emitir para elegir a las Consejeras.

Tuvimos una gran sorpresa durante la celebración de las Vísperas, la cual fue cuidadosamente preparada por el grupo litúrgico en todos los idiomas. En el momento del Magnificat, la Madre Francesca llevó una lámpara al altar como expresión de su sí renovado, la presidian las Hermanas que realizaron una danza camerunés.

También queríamos expresar nuestra adhesión y la de todas las Hermanas de la Congregación a Madre llevando al altar las banderas de cada nación donde la SSA está presente.

Al final se hizo un círculo y la Madre y las Hermanas frente al altar, se tomaron de la mano como signo de que nos unimos al SÍ al Señor que ha emitido Madre.

Felicitaciones y mejores deseos de LASA

Gracias a los miembros de LASA, Est India, que ofrecieron sus oraciones hoy