Nuestra Congregación nació en Turín durante la primera mitad del siglo XIX, gracias a la labor de dos esposos: Carlos Tancredi Falletti y Julia Colbert, marqueses de Barolo.
Carlos Tancredi y Julia mantuvieron una profunda unión entre ellos y una vida de entrega incondicionada hacia el prójimo.
Atentos a la llamada de Dios y entregados a las necesidades de su tiempo, acogieron en su casa a niños que estaban solos y abandonados en las calles, bien porque sus padres no tenían el tiempo o la capacidad para cuidarlos.
Conscientes de la importancia de la educación infantil, en 1834 crearon nuestra Congregación como instrumento de la Providencia al servicio de los niños y los pobres, como continuación en la historia de la actitud del propio Jesús, que acogía a los niños.
Las Hermanas fueron llamadas a desarrollar su servicio en diversos centros y pueblos, inicialmente en el Piamonte, y después también fuera, en el resto de Italia, allí donde era necesaria su labor.
Tan sólo 12 años después de la fundación, el 8 de Marzo de 1846, la Congregación de las Hermanas de Santa Ana recibió la aprobación pontificia.