Fundadores de la Congregación de las Hermanas de Santa Ana

Carlos Tancredi Falletti, marqués de Barolo, nació en Turín el 26 de Octubre de 1782. Desde joven se distinguió por su inteligencia, disposición a la justicia, atención a las exigencias del tiempo y fuerte tendencia a promover y hacer el bien. En París, en la corte de Napoleón, conoció a Julia Colbert, nacida en Maulevrièr, en la ciudad católica de Vandea, el 26 de Junio de 1786, una mujer dotada de una exquisita feminidad y de genuina espiritualidad.

Aún siendo de temperamento y carácter muy distintos, muy pronto se encontraron en sintonía respecto a profundos valores e ideales de vida. Contrajeron matrimonio el 18 de Agosto de 1806 y comenzaron a visitar a los pobres, sin interrupción. El afecto que sentían el uno por el otro se hizo con el tiempo siempre más puro y fuerte, porque estaba cimentado sobre la fe y la caridad.

No pudieron tener hijos, pero los cónyuges entendieron este acontecimiento doloroso como parte del destino siempre providencial de la inescrutable “sabiduría de Dios” y vivieron una paternidad y maternidad espirituales muy fructíferas. La experiencia de la Providencia y la Misericordia en sus propias vidas personal y conyugal, les llevó a entregarse plenamente a la realidad de su tiempo y a influir en la vida de la ciudad de Turín.

Julia se dedicó de modo particular al problema de las prisiones, visitando a las mujeres encarceladas y estableciendo con ellas relaciones personales, para conducirlas a la experiencia concreta del amor de Dios Padre, que cuida a sus criaturas. Denunció al Gobierno la penosa situación de las cárceles y en primera persona se prodigó a favor de la transformación de los ambientes carcelarios, lugar de punición del condenado, en un lugar de reeducación y de redención de la persona. Esta experiencia la llevó a fundar diversas instituciones y en particular una Congregación femenina constituida también por ex-detenidas: las “Hermanas Penitentes de Santa María Magdalena”, hoy llamadas “Hijas de Jesús Buen Pastor”.

Carlos Tancredi se dedicó principalmente a la educación, a la instrucción y formación de los niños y de los jóvenes. Ocupó cargos de una cierta relevancia política: fue concejal y alcalde de Turín, tomando decisiones concretas a favor del desarrollo integral de sus conciudadanos.

Entre sus numerosas iniciativas de caridad, los niños ocuparon un lugar destacado: para ellos instituyó en su palacio los primeros asilos infantiles de Piamonte, destinados a hijos de obreros pobres, que de otra manera permanecerían abandonados por las calles. Y en 1834, de acuerdo con su mujer, fundó las Hermanas de Santa Ana, con la finalidad de que en la Iglesia continuaran esta misión al servicio de las jóvenes generaciones.

Carlos Tancredi murió el 4 de Septiembre de 1838 en Chiari (BS), entre los brazos de su amada esposa; ella sobrevivió a su muerte hasta el 19 de Enero de 1864, continuando la misión que juntos habían iniciado al servicio de los más pobres.

El amor de Dios, en el cual basaron su vida, continúa brillando todavía hoy a través de sus obras. Actualmente está en marcha para ambos el Proceso de Canonización. Así se espera que “juntos”, Carlos Tancredi y Julia, sean proclamados beatos y resplandezcan “en pareja” como modelo de santidad para todas las familias.